viernes, 8 de agosto de 2008

Un día normal (continuación)

Estuve atónito por unos segundos, luego lo miré con severidad, lo tomé por el brazo y lo arrastré fuera de la multitud, todos miraban nuevamente la pantalla gigante, la reportera un poco refrescada continuó con su historia."¿Cómo es posible? No recuerdo haberlo hecho" le dije, todavía no había digerido la noticia, "Quizás, pero yo sí" respondió el pequeño altaneramente, "Es decir que ¿tú lo hiciste?" pregunté rápidamente, "No ¡Lo hicimos!" refutó ya con un poco de ira en la voz, todavía no lo entendía completamente, era absurdo, aunque por otro lado... no recordaba nada de la noche anterior, será que... sí... claramente tuve que haberlo ayudado, él sólo no podría haberlo llevado a cabo, al ver mi cara de asco hacia mi mismo luego de esta autoconfesión empezó casi a gritar "La perra esa se lo merecía ¡por favor! te fue infiel no sólo con uno, sino con 3 hombres y una mujer luego de decirte que te amaba con locura y que quería casarse y pasar el resto de su vida contigo, ¡por lo que más quieras tenías que reaccionar y dejar de hacerte el tonto!"

45 metros

Empezé a caminar lejos de él, empezó a seguirme de cerca pero siempre manteniéndose detrás de mí, "Precisamente, ella era lo que más quería, prefería hacerme la vista gorda antes de perder eso, ¡y ahora tú me la has arrebatado!" sentía ganas de llorar, ya estaba empezando a comprender que se había ido para siempre, a pesar de que quería caminar rápido, el nudo en la garganta no me dejaba respirar con naturalidad. "¿Hasta cuando pensabas seguir engañándote? Nos la habían arrebatado hace muchos años, ¡deja de ser tan ingenuo! ¡es precisamente por eso que tuvimos que hacerlo, para que al fin abrieras los ojos a la realidad" este fue su argumento, su argumento para torturar y asesinar, sólo porque ella fue infiel debía morir, ¿cuántas personas no estarían muertas ya en todo el planeta... pero eso no importa ya, seguí caminando sin ver por donde iba, ¿realidad? ¿el niño imaginario que resultaba ser yo mismo me hablaba de realidad? ¡esto sí era el colmo! antes de darme cuenta me ví a mi mismo... y a mi mismo... frente al edificio en el cual trabajaba como contador, ahí estaba, imponente con sus columnas de concreto y los grandes ventanales que brillaban al sol de la tarde.

74 metros

Entré por las grandes pueras giratorias, el guardia me saludó con un gesto, pero no lo saludé de vuelta, me dirigí al ascensor, se me había ocurrido ir a la azotea a relajarme con la luz del atardecer, como solía hacerlo en los días de mucho estrés, marqué el botón para llamar al ascensor... estas oficinas... sus pequeños cubículos, "personalizados" por sus ocupantes que trabajaban monotonamente y vivían sus monotonas vidas, sin preocuparse siquiera alguna vez por haber cometido asesinato y tener que vivir con ello, y los jefes, sentados en aquellas majestuosas sillas en esas espaciosas oficinas en las cuales eran infieles a sus plásticas esposas con sus adolescentes secretarias, claro... ellos nunca tendrían que pagar con sus vidas por esto, una demanda ó un divorcio como máximo... en este momento los detestaba a todos, !maldita sea! ¿por qué el ascensor no llega? seguí pensando en las miserables vidas de todos los pobres infelices que trabajaban en el edificio, a pesar de mi desgracia sentía lástima por ellos... ¡al fin llega el ascensor! Con ese pitido que me exasperó ya al máximo...

92 metros

Todos los autómatas se bajaron al unísono de la cabina, yo entré, con el niño de cerca, extrañamente no había nadie más en este viaje ascendente, las puertas se cerraron, oprimí el boton correspondiente a mi destino, la música del ascensor me calmaba lentamente... "No entiendo por qué estás tan enfadado, ni que fuera la primera vez que lo hacemos"... ante esta nueva declaración caí en un nuevo estado de conmoción, tragué saliva con dificultad y simulando tranquilidad le pregunté "¿A qué te refieres?" "No debes recordarlo, bueno te lo recordaré..." ¿por qué este aparato tarda tanto en subir? "... antes de que nos llevaran al orfanato nos encontraron en casa, ¿recuerdas aquella casa en los suburbios? casi completamente bañados en sangre sobre los cadáveres de mamá y papá, llorando, ¿recuerdas?" al pronunciar estas palabras esos recuerdos reprimidos volvieron violentamente a mi mente, asentí ausentemente "De acuerdo, no fue un ladrón el que lo hizo, nuestras huellas estaban en cuchillo con el que los mataron, obviamente, la policía nunca iba a sospechar de un pobre niño de 7 años..." hizo pucheros, lo que lo hizo verse malevolamente indefenso, "¿por qué?" fue lo único que pudo salir de mi boca... él simplemente se limitó a responder "Porque podía"...

116 metros

Piso 62, tambaleándome me bajé de la cabina, apoyándome débilmente en las paredes, él me siguió con una mueca de extrañeza, tomé aliento y me encaminé a las escaleras, subí un piso y medio más, saqué mi juego de llaves del bolsillo derecho delantero, había conseguido una copia de esta llave luego de que el conserje se hartara de que se la pidiera cada semana, con un pequeño empujón la puerta se abrió de par en par, la refrescante brisa pareció remover de mi mente todas estas revelaciones, guardé nuevamente las llaves en su bolsillo correspondiente, caminé hacia el lado este de la azotea, y observé embelesadamente el atardecer con sus tonos rojos, naranja y dorados, miré hacia abajo y en la acera contraria, había un puesto de frutas y verduras, ó al menos eso parecía desde acá arriba, "¿No quieres saber cómo sucedió todo?" dijo el infante interrumpiendo momentaneamente mi momento de reflexión acerca de que podría vender el hombre del puesto allá abajo... "Alcachofas" dije... "¿Qué?" respondió él con perplejidad "Sí, alcachofas, alcachofa... al... ca... chofa, es una palabra extraña, ¿a quién se le habrá ocurrido?"...

133 metros

"Sí... claro... como sea, te lo contaré... posiblemente tampoco recuerdes que anoche saliste a cenar con ella, fueron al apartamento, tuvieron sexo y durmieron, precisamente luego de eso fue que sucedió la magia, había guardado debajo de la cama una pequeña botella de cloroformo, la dopé y la cargué hasta el auto junto con los instrumentos que necesitaba, había visto una fábrica abandonada a un par de horas de casa, así que fuimos hasta allá, dentro la desnudé y la amarré de brazos y piernas, luego con el cuchillo más afilado que teníamos la fui desollando lentamente cuidando de no cortar sus genitales ni sus pezones, respeto eso, esto obviamente la despertó, y empezó a gritar desesperadamente y a retorcerce, cuando ya había removido toda la piel, con una segueta le fui cortando lentamente, los brazos..." al decir esto, saboreaba cada palabra con un deleite enfermizo "... las piernas, y por último la cabeza, me aseguré de que viviera hasta el último segundo, y así la dejé, ahora me dirás que no fue una obra de arte" concluyó con un tono de orgullo en la voz, "¡Estás enfermo! y en todo este cuento ¿en dónde entro yo?" repliqué con asco "Todavía no lo entiendes ¿verdad?"...

151 metros

"¡Basta! me entregaré" dije con firmeza, "Sí, haz eso, si ya estás adentro no pueden condenarte nuevamente, yo te protegeré" no me gustó esta última afirmación, supuse que mataría con lo que tuviera a la mano a cualquiera ó a todos dentro de la prisión, su sed era insaciable, ¿qué podía hacer? ¿huir? ¿alejarme de la gente?... nuevamente, como leyendo mi mente se apresuró a argumentar "No importa a dónde vayas, ni qué hagas, nunca te librarás de mí, y cuando te pisoteen ó te humillen yo tomaré el control, no tienes escape" esto último lo dijo con un tono de lástima, se acercó y me dio unas palmadas en el hombro... tenía razón no podía escapar de él, no podía escapar de mi mismo... decididamente, con fuerza lo jalé del brazo y lo atrajé hacía mi al momento en el que saltaba por encima del bajo muro, con el último rastro de luz del atardecer...

159 metros

Dicen que justo antes de morir tu vida pasa frente a tus ojos... en mi caso fue únicamente mi último día, el día en que mi esquizofrenia me alcanzó finalmente, el día en el que mi sensatez y mi razón me abandonaron, el día en el que conocí en persona a mi lado más visceral y oscuro... el día más normal de mi vida...

160.5 metros

domingo, 3 de agosto de 2008

Shadows...

Persigo una sombra, una sombra que siempre deambula a mí alrededor… No termino de comprender porque es que nunca desaparece, ¿Cual es la razón por la que siempre esta conmigo?, ¿Cuál es su propósito?, ¿Acaso trata de hacer que me percate de algo? Tantas interrogantes. Ninguna respuesta… Puedo sentirlo, me acecha al igual que yo la acecho a ella… He llegado a tal punto de creer que es indeleble, una porción de mi mismo me dice que ya se ha convertido en una constante de mi vida, mientras que la otra sigue negando su presencia…

Esto causa un caos, una sensación de confusión infinita que pareciese nunca acabar evocando sentimientos como rechazo, dolor, melancolía, frialdad, impaciencia, incertidumbre, envidia… Son demasiados para controlar, me siento aturdido después de unos cuantos segundos tratando de sobrellevarlos todos a la vez… Me atrevo a decir que es una sensación indescriptible que solo comprenderán aquellas personas que la experimenten… Si es que no soy el único… Debo liberarme de esta sombra que me atormenta… Creo que por fin he entendido que representa, y a pesar de todo, no esta en mi poder lo que debo hacer para deshacerme de ella…

No puedo seguir de esta manera, contemplando lo inverosímil que es la felicidad…