viernes, 16 de octubre de 2009

Pizza Hawaiiana

Había una vez en una galaxia muy, muy lejana, en un planeta distante, un bosque en el que vivía un viejo y canoso sapo. Sí, un sapo, justo como los sapos de la Tierra, idéntico; sólo que este sapo sabía algo, algo que los demás no sabían. Lo que él no sabía era su nombre.

En el mismo planeta, existía un pueblo que estaba constituido por tres hogares, hechos de bloques, cartón piedra y lona, respectivamente. En la casa de lona (que en realidad es una tienda de campaña) vivía Pepe Grillo, un cochinito, sí, como los cochinitos de la Tierra. Su hermano Timoteo Ratón, otro cochinito (sí, también como los de la Tierra) vivía en la casa de cartón piedra. La casa de bloques estaba vacía. Todos los días venía un lobo feroz, sí, como el de los cuentos, y soplaba con todas sus fuerzas para derribar las casas; más nunca lo conseguía pero siempre lo intentaba. Los cochinitos se burlaban de sus esfuerzos, y él en venganza volvía al poco tiempo con un tractor y le pasaba por encima a las casas que ellos habitaban. Los hermanos sin escarmentar, todos los días se burlaban del lobo y él volvía a destruirlas, y reconstruían las casas de la misma forma y con el mismo material.

Un extraño día en el que el lobo no apareció, la acumulación de polvo en la casa de bloques vacía generó espontáneamente otro cochinito, bueno dos cochinitos, en verdad eran dos cochinitos siameses unidos por la cabeza y la pezuña índice. Sus hermanos Pepe Grillo y Timoteo Ratón los nombraron Hanselygretel, sí todo pegado, un solo nombre. Existía una profesía en ese pueblo que decía que un cochinito siamés portaría La Marca que estaría en la intersección de sus cabezas y nacería el día que el lobo no apareciera. Esta marca era una dirección: Sapo Sin Nombre, Bosque de este mismo planeta, Galaxia muy, muy lejana. El destino de Hanselygretel era encontrar a este misterioso sapo y averiguar lo que él sabía, lo que nadie más sabía.

Hanselygretel emprendieron un peligroso viaje por un camino perfectamente seguro (de hecho las estadísticas muestran que es el camino más seguro de toda esa galaxia) hacia el bosque donde habitaba el enigmático sapo.

Hay que ver que la estadística es una ciencia muy inexacta, porque apenas plasman sus primeras huellas sobre el camino son asaltados por un tuki motorizado, sí un tuki como los de Venezuela, que mientras se aleja en su montura hacia el horizonte se voltea y les grita: ¡Nos vemos chigüires! Les fueron arrebatados el espejo que usa para ver la dirección en sus nucas y un riñón, pero no importó mucho porque todavía les quedaban tres de repuesto.

Perdidos, sin dirección, Hanselygretel deciden seguir el sendero, el cual no tiene bifurcaciones y se dirige directa y únicamente al bosque. Después de dos días caminando sin rumbo (siguiendo el único rumbo posible) vislumbran en la lejanía la entrada del bosque, sin más fuerzas en sus cuerpos, miran a su alrededor y encuentran un oasis de bebida energética. Arrastrándose llegan al lago y empiezan a beber del liquido gaseoso color ocre. Hanselygretel inmediatamente empiezan a sentir los efectos, un gran dolor se abre paso por sus lomos. Súbitamente se dan cuenta de que están flotando tres metros sobre el suelo y oyen un aleteo detrás de ellos. Esta bebida energética les ha dado alas; alas, literalmente (por este motivo esta bebida es prohibida en casi todos los planetas de esta galaxia).

Hanselygretel llegaron volando al hábitat del sapo, este les recibió con una frase: Esperándolos estaba. Los cochinitos quedaron perplejos, era un sapo que hablaba y hablaba al revés. Escucharon con atención lo que tenía que decir, fue lo siguiente:

-Los elegidos ustedes son. De la verdad a nuestro pueblo deben informar, un lector en una galaxia muy, muy lejana; en un planeta llamado Tierra, la historia de nosotros leyendo está, un humano, sí, como los que en este planeta existen, con prisa ir a contar la verdad deben.

Dicho esto separó quirúrgicamente a los cerdos con un ágil lengüeteo, los cochinitos estaban asqueados, y felices sólo de pensar que podían salir con cochinitas por separado. En un tono monótono y casi robótico, el sapo dijo:

-Este sapo en 5 segundos se autodestruirá…

Hanselygretel se vieron mutuamente con caras de pánico y trataron de correr en círculo, pero se dieron cuenta de que no podían mantener el equilibrio debido a que se acostumbraron a apoyarse el uno en el otro, y cayeron estrepitosamente al suelo. 4, empezaron a llorar; 3, empezaron a gritar; 2, empezaron a hacer break dance; 1, sin embargo todo fue en vano pues fueron consumidos por la abrazadora explosión producida por el micro dispositivo nuclear contenido dentro del sapo. El fin.

1 comentario:

Isa! dijo...

jajajaja definitivamente un relato exceltrico! XD jajaja buenisimo rubens!! lo q no entendi fue xq se llama pizza hawaiiana!! XD me imagino q, como es un relato excentrico y era lo q estabas comiendo en ese momento, le pusiste asi! jejeje
Se te quieree!!