lunes, 19 de octubre de 2009

Muchas cosas pueden manifestarse al cerrar tus ojos por un instante. Pueden variar desde recuerdos, deseos y aspiraciones, historias alternas a la realidad, impulsos sexuales, errores irreversibles, controversias ilógicas, adversidades ocultas, emociones reflejadas, esto podría ser infinito… Sin embargo, después de que abrimos los ojos siempre pasamos por alto que ese instante, ya conste de horas, minutos o segundos, inevitablemente se ha ido, esto nos hace pensar en las oportunidades que podrían estar desvaneciéndose en ese mismo instante… Sin embargo, el instante valió la pena…

Es común que en todas estas “manifestaciones” se encuentre el miedo presente… Un factor constante en la vida cotidiana… ¿Como es que algo que siempre esta presente podría inhibirte de tales cosas? A pesar de tener conocimiento de esto, a pesar de conocer una manera de contrarrestarlo, no nos atrevemos a hacerlo… El pasado… A veces me pregunto si podría volver de alguna manera, si podría enmendar mis errores para ahorrarme las cicatrices y los recuerdos, como también desearía poder soltar parte de esos recuerdos y no seguir adelante para que no haya necesidad un pasado… Suena horrendo, lo se.

A pesar de esto, siempre existen momentos buenos, alegres… Recuerdos con los que uno regocija de felicidad, siempre están presentes… El resplandor de una sonrisa por ejemplo… Pero es irónico ver que lo que más se apega a ti son las cicatrices, que no siempre están en la superficie a diferencia de los buenos recuerdos, pero cuando lo están… Todo esto pinta como si la vida fuera en blanco y negro, pero siempre hay pequeños fragmentos en la vida donde entra una luz tenue, reconfortante, que podría llegar a convertirse en puro tecnicolor (obviando como suene, es así).

El miedo se desvanece por unos instantes, dudo que dure mucho… Es asombroso como puedes esperar algún tipo de simpatía o quizás comprensión de parte de una persona, y en una fracción de segundo darse cuenta de que eso no sucederá… Es aun más asombroso cuando no percatas la profunda percepción de una persona a la cual has estado pasando por alto desde hace tanto tiempo, tal pasión, tal interés… Su resplandor, su esencia es innegable… Al parecer su sonrisa era más especial de lo que alguna vez imagine…

Aquí, interviene el miedo nuevamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertamente.. existen una innegable gama de miedos..circunstancias.. indecifrables, pero son más los momentos en que se suele sentir mas seguridad estando bajo ellos.