sábado, 18 de octubre de 2008

10.10.2008


Luego de un duro día de entrenamiento, cenaba con mi prima, bueno, más bien la acompañaba mientras ella comía, con una lata de Té Lipton helada en la mano, como sea, le comenté que hace algunos días, ciertas personas que me vieron crecer: padres, tíos, abuelos; durante un almuerzo me decían que cuando era apenas un infante tenía una fascinación con la pizza (precisamente almorzábamos eso) y que la causa de esto era la admiración a las tortugas ninja. Le dije que este comentario me dejo perplejo, y mi perplejidad aumentó cuando después de unas carcajadas ella me dice que los Motoratones también comían pizza todo el tiempo, ese también era uno de mis shows favoritos en aquellas tardes en las que el Internet no era público, las computadoras caseras tenían monitores del tamaño de un microondas y los teléfonos celulares parecían teléfonos públicos, un mundo distinto...

Mi reflexión me llevó a formularme dos preguntas: ¿Era yo tan impresionable en esa época que si personajes ficticios consumían pizza a cada momento yo también quería hacerlo? ¿Cuál fue la influencia real en mi persona de estas aparentemente inofensivas caricaturas?

Me di cuenta de que jamás podré olvidar el humor de Michelangelo, la "onda" y los principios de Throttle, la rebeldía y gallardía de Rafael, la bravuconería y el brazo de metal de Modo, la intelectualidad de Donnatello, el estilo don juan y la moto de carreras de Vinnie, el liderazgo y ética de Leonardo, la fuerza femenina de Charley y la sabiduría del maestro Splinter...

¿Es que cuatro tortugas antropofórmicas que aprenden artes marciales de una vieja rata mutada y tres ratones que huyen de una guerra en marte y terminan cayendo en la tierra, manejan motos y vencen a los malos mutantes puedieron haber causado tanto efecto en mí? mejor dicho ¿Cómo no podrían?

Ah, y los villanos, el mitad mosca Dr. Baxter, Limburguer, el temible Shredder (Destructor), Grease Pit (Grasoso), entre muchos otros, representaban todo lo que estaba mal: pereza, obesidad, ambición (monetaria y de poder), deshonor, ciencia mal encaminada y demás...

Ahora, quizás 13 años después me doy cuenta que muchos de los principios que defiendo en este momento, me fueron impartidos subliminalmente por estos seres salidos de la más creativa imaginación. Amistad, solidaridad, hermandad, honor, justicia, equilibrio mental y físico, y por supuesto amor a la pizza con pepperoni.

En lo que a mí respecta los superhéroes de los 90's hicieron bien su trabajo.

FRASE DEL DÍA: "Creo que soy adicto a la pizza... bueno si tuviera suficiente dinero lo sería"/"Kuwabunga!"/"Let's Rock n' Ride!"

CANCIÓN DEL DÍA: Intros de ambos shows...

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