sábado, 18 de octubre de 2008

Miedo (El Despecho #3)


Es graciosa la idea, incluso hace un par de años me hubiese parecido absurdo ó imposble alguna vez escribirte algo, algo que en realidad saliera desde lo más profundo de mi consciencia, esos impulsos que mi razón y mi ética normalmente ridiculizan y suprimen, algo que, a pesar de mi naturaleza que tú bien conoces, sea verdad.

El miedo es algo interesante, creía, nunca sentirlo. Atreverme a saltar sin paracaídas, luchar aunque tenga pocas probabilidades de salir victorioso, decir lo que pienso sin pensar lo que digo; no, eso no es ausencia de miedo, ni gallardía, nisiquiera es valor, es pura insensatez...
Sin embargo, sentí miedo al emular siquiera la idea de intentarlo contigo, sé que te haría daño, más del que ya te he hecho, he tratado inútilmente de compensarte el dolor que te causé, es imposible, una espina que se quedará eternamente clavada, una herida incurable...

Sé por tu naturaleza, que conozco bien, que no me has perdonado, he entendido que tu miedo es a hacerme daño, aprendiste de una forma que desconozco a apreciarme y quererme, he sido injustamente afortunado...

Sé también que eres perfecta para mí, sé que nadie en este mundo te va a apreciar más de lo que yo lo hago por simplemente ser quién eres, en quién has evolucionado, no por tu apetecible físico, por tus provocativos labios ó tu tentadora forma de ser. Quizás sea por esta soledad inmensa ó el vacío emocional tan grande, ó únicamente por estas inmensurables ganas de amar nuevamente, que he formulado la posibilidad. Sin embargo he decidido rendirme a este miedo y seguir el curso del incierto destino, seguir siendo lo que somos : confidentes, compañeros, colegas de ideales, amigos...

Estaré para recordarte dejar caer tus lágrimas sobre mi hombro, para evitar protegerte de los peligros emocionales que conlleva el vivir, para celebrar tus victorias personales, para ayudarte a caminar cuando estés tan ebria que no te puedas mantener en pie, para aparecerme en tu casa y llevarte galletas y helado cuando estés triste y sólo tú lo sepas, para confabular planes un poco reprensibles, para escuchar todos y cada uno de tus problemas por más tontos que pienses que sean, para empujarte cuando tengas miedo de saltar y atraparte en caso de que se te olvide como volar...

He elegido continuar siendo lo que somos, en este momento, nada más... lo que seremos, bueno, asumo que lo averiguaremos...

No hay comentarios: